Todos conocemos las bondades del teletrabajo: un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida personal, una mayor satisfacción laboral, más tiempo y conciliación. Además, permitir que los empleados trabajen de forma remota les ahorra el viaje diario a la oficina, es beneficioso para el medio ambiente al reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y, para las empresas, una oportunidad enorme para reducir costes.

Tanto, que Amazon ya ha comenzado a cancelar sus oficinas en construcción porque se han dado cuenta de que no las necesitan tanto como pensaban.

El caso de Amazon. El gigante tecnológico ha dado luz roja a su construcción de cinco torres en el centro de Bellevue, Washington, y postergará la construcción de una sexta torre en la ciudad. La decisión les dará tiempo para reevaluar el diseño de los espacios de trabajo y subraya la incertidumbre del regreso de la industria tecnológica a la oficina después de más de dos años trabajando desde casa.

Muchas empresas están viendo que los empleados continúan teletrabajando más de lo esperado, lo que les lleva a reconsiderar sus oficinas y espacios de trabajo compartidos. “Es pronto y todavía estamos aprendiendo cómo estos nuevos hábitos pueden afectar a nuestros espacios. Nuestras oficinas son inversiones a largo plazo y queremos asegurarnos de que las diseñamos de manera que cumplan con nuestras necesidades”, explicaba el vicepresidente de Bienes Raíces de Amazon.

Las empresas ahorran dinero. Que el teletrabajo es una forma eficiente de reducir costes es un hecho respaldado por varios estudios. Por ejemplo, los cálculos de Global Workplace Analytics sugieren que las empresas pueden ahorrar alrededor de 10.000€ por empleado por año si permiten que sus empleados trabajen de forma remota el 50% del tiempo, teniendo en cuenta los niveles de productividad, los costes inmobiliarios más bajos, el ausentismo reducido y la rotación.

Flexjobs estima que las empresas de EEUU ahorraron €30 mil millones todos los días durante la pandemia mientras sus empleados trabajaban de forma remota. Otros ejemplos: IBM redujo los costes inmobiliarios en €50 millones; McKesson señala ahorros de €2 millones al año; los costes inmobiliarios de Sun Microsystems se han reducido en €68 millones al año.

Energía. Tal y como hemos comentado en Magnet, algunas regiones en EEUU como Utah, ya experimentaron en su día con fines de semana de tres días, y descubrieron un interesante ahorro energético (hasta €2 millones de ahorro sólo en la factura de la luz). Además, claro, de los beneficios medioambientales derivados.

Coste de oficinas. Proporcionar espacio de oficina, Internet, electricidad, agua, etc, es un factor de coste importante para las empresas. Se estima que el coste medio de espacio de oficina por empleado es de alrededor de 17.000€ por año. Si multiplicamos esto por los miles de empleados que tienen algunas grandes empresas como Google o Apple nos podemos hacer una idea del ahorro de costes del teletrabajo.

Recortes salariales por reubicación. Las empresas han querido incluso sacar beneficio de los recortes salariales para los empleados nómadas que deciden trasladarse a áreas menos centralizadas y, por lo tanto, menos costosas. Lo hemos contado en Magnet. Si bien muchos no defienden esta estrategia, la mayoría parecen estar dispuestos a aceptar recortes salariales a cambio de mayor flexibilidad.

Menor ausentismo y mejor retención de empleados. El teletrabajo tiene además otros beneficios que incluyen mayor satisfacción laboral y menores tasas de rotación. Si a esto le unimos horarios de trabajo flexibles, vemos cómo se reducen los tiempos de ausencia, lo que tiene un impacto positivo en la rentabilidad de una empresa.

De hecho, un estudio de Gallup muestra que las empresas con una fuerza laboral más comprometida son un 21% más rentables que aquellas con empleados desmotivados. Y menos probable es que estos abandonen sus trabajos, algo que hemos visto con la “Gran Renuncia”. Otro punto a favor para las empresas para reducir sus costes de contratación.