Las intenciones de los restauradores podían ser buenas, pero el resultado ha recibido más de una crítica.
El párroco de la iglesia de San Miguel de Estella (Navarra, España) encargó a un taller de manualidades la “limpieza” de una escultura de San Jorge, en madera policromada.
La pieza, que data del sigo XVI y que es considerada como parte del patrimonio histórico y cultural del país europeo, lucía diferente cuando vino de vuelta. Demasiado.
Y es que las imágenes de esta intervención, que ha sido blanco de burlas en las redes sociales, muestran al santo bastante transformado.
Se pueden apreciar drásticos cambios en el color y los rasgos faciales del retratado. Lo que antes fue un guerrero con la cabeza cubierta por una capa pictórica, ahora ya no lo es más.
El mundo de la cultura española se pronunció sobre la restauración y algunos la catalogaron de “terrorífica”.
“No podemos tolerar más ataques a nuestra herencia cultural”, dijo en un comunicado la Asociación de Restauradores y Conservadores de España (ACRE). “Esto demuestra la falta de preparación que se requiere para este tipo de trabajo”, agregó.